MARCO CONCEPTUAL

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A continuación, nos detendremos a realizar una serie de consideraciones que, a modo de marco conceptual, permita esclarecer los límites y el alcance de esta propuesta. Para ello, intentaremos esbozar y justificar que es lo que vamos y no vamos a hacer, poniendo de manifiesto que paradigmas lo soportan.

Protocolos / Atlas

El primer escollo al que nos enfrentamos se relaciona con la naturaleza de la herramienta que queremos “ensamblar” y que, como se deduce del título tiene más que ver con la elaboración de un atlas que de un protocolo (Latour, 2010). A continuación intentaremos razonar esta decisión.

Para ello comenzaremos haciendo una referencia al trabajo de catalogación de los diferentes programas, planes y proyectos de rehabilitación integrada en España realizado por el INGENTES a través de la labor de Carolina Ureta y Salas Mendoza. Del análisis del mismo, se extraen una serie de conclusiones relevantes para la finalidad de este trabajo que, recordamos, se centra en la selección y evaluación de estrategias para mejorar la resiliencia de las barriadas andaluzas.

La primera cuestión que emerge del análisis de casos es que, usualmente, cada intervención viene precedida por un diagnóstico preciso y exhaustivo que permite comprender cuales son las deficiencias y las potencialidades del barrio en cuestión, y a partir del cual se proponen planes de intervención y mejora. Evidentemente, la elaboración de tal conocimiento requiere de unos tiempos y recursos considerables, por lo cual, se deduce que solamente los barrios con mayores deficiencias y, por tanto, sujetos a programas de rehabilitación integrada, podrán gozar de los diagnósticos provenientes de dichos análisis. La cuestión entonces es ¿qué ocurre con aquellos otros barrios no sujetos a estos programas?

Esta pregunta es aún más pertinente dentro del nuevo marco generado por la ley de rehabilitación, regeneración y renovación urbana (8 / 2013)(1) que permite a nuevos actores intervenir sobre el espacio público, pero que sin embargo carecen de fuentes de información y diagnóstico que guíen o refuercen la relevancia o pertinencia de sus propuestas.

Desde esta perspectiva, encontramos más oportuno priorizar la creación de herramientas que no se basen en diagnósticos exhaustivos para barriadas exclusivas, sino de diagnósticos esquemáticos para la generalidad de las barriadas.

En este sentido, y a modo referencial, podríamos establecer paralelismos entre esta herramienta y otras como el atlas de vulnerabilidad urbana del ministerio de fomento (http://atlasvulnerabilidadurbana.vivienda.es) . Un trabajo de gran valor cuya máxima aportación no solo se halla en su capacidad descriptiva, limitada sin duda por la naturaleza de los datos a disposición, sino por su capacidad comparativa. Desde esta perspectiva entendemos que, precisamente esta es una de las grandes virtudes de dichas herramientas, es decir, la capacidad de representar la situación relativa de los diferentes elementos estudiados respecto a un sistema más amplio. Por ello estimamos que es, desde esta visión de conjunto, de donde deben emanar los posibles juicios sobre la situación del sistema, o sobre sus singularidades.

  • (1)Ley 8/2013, de 26 de junio, de rehabilitación, regeneración y renovación urbanas. El Título II contiene la regulación de las actuaciones sobre el medio urbano, que van desde las de rehabilitación edificatoria, hasta las que supongan una regeneración y renovación urbanas, identificando los sujetos legitimados para participar en ellas y ofreciendo nuevos instrumentos que, sin duda, contribuirán a facilitar la gestión y la cooperación inter-administrativa tan necesaria en estos casos. La Ley amplía las facultades reconocidas a las comunidades de vecinos, agrupaciones de propietarios y cooperativas de viviendas, para actuar en el mercado inmobiliario con plena capacidad jurídica para todas las operaciones, incluidas las crediticias, relacionadas con el cumplimiento del deber legal de conservación, e introduce los instrumentos de gestión y los mecanismos de cooperación inter-administrativa que tienen por objeto fortalecer el marco en el que las citadas actuaciones se desenvuelven.


Barrios / Terapias

Otra conclusión que emerge del análisis de los protocolos, programas o planes de rehabilitación integrada asociados es la proposición de un conjunto de mejoras encaminadas a mejorar la situación del lugar de estudio. Mix, cuyos efectos serán evaluados posteriormente a su aplicación. Sin embargo, de la lectura de las conclusiones de muchos de estos planes aflora la dificultad manifiesta para seleccionar las mejoras más adecuadas, así como para evaluar el impacto real de las mismas a lo largo del tiempo.

Sea de una manera o de otra, en nuestro caso no disponemos ni de los recursos ni del tiempo necesario para aplicar este tipo de acercamientos que además requieren de un análisis posterior para certificar su validez. Por ello, y a diferencia del atlas de vulnerabilidad o del análisis que están llevando a cabo nuestros compañeros de Granada, el esfuerzo de nuestro análisis no se concentrará únicamente en la caracterización de los barrios a estudiar, sino también de las terapias mismas a implantar, con el objetivo de intentar “predecir” la potencialidad de los barrios para desarrollarlas con éxito previamente.

Con la finalidad de aclarar esta aspiración quizás sería oportuno traer a colación las afortunadas alusiones que realizó Blanca Cano durante las jornadas de Sevilla (2) comparando este “altas potencial” con un vademécum, animando a recoger en él, no solo las características de las diferentes terapias a aplicar, sino también las condiciones de contorno oportunas para su aplicación, o los efectos esperados que estas pueden generar.

Precisamente, esta es en la dirección en la que estamos trabajando. Para ello, entendemos que el próximo paso para desarrollar dicho vademécum ha de ser el estudio exhaustivo de cada una de las terapias de forma aislada, aplicando para ello técnicas y metodologías provenientes de los laboratorios científicos (Latour, 2008), con el objetivo de realizar una caracterización de las mismas.

  • (2) Jornadas: Mejoras barriales entrevistas. 26 de Febrero del 2015, Sevilla.


Proyectos / Prototipos

Partiendo de las hipótesis lanzadas en el apartado anterior el próximo paso debería orientarse a la generación de certidumbres alrededor de las terapias seleccionadas. Nos referimos a cuestiones como: ¿Cuáles son las dimensiones optimas de dichas mejoras?; ¿cuáles son las situaciones contextuales ideales?; o ¿qué efectos pueden provocar según en que entornos se apliquen?, etc.

Evidentemente, para generar estas certidumbres no podemos basarnos en el desarrollo de proyectos ideales, sino en el análisis de situaciones reales. Son estas situaciones relacionadas con las terapias a estudiar a las que denominaremos prototipos y por tanto, sobre las que se concentrarán nuestros esfuerzos. Antes de proseguir con las consecuencias metodológicas asociadas a esta decisión sería menester reflexionar sobre la asunción que se esconde tras ella, es decir, el reconocimiento de que las soluciones a los problemas de obsolescencia que acaecen en los barrios de nuestras ciudades ya existen, ya están ahí, sucediendo de manera más o menos informal, evolucionando poco a poco, adaptándose, haciéndose más resistentes, más inteligentes.

Desde esta perspectiva emerge una visión de la ciudad como laboratorio creativo, una concepción que demanda de nosotros una función diferente no relacionada ya con la creación de nuevos proyectos o terapias, sino de un compromiso con las que ya existen, con la selección y evaluación de aquellas más adaptadas a las diferentes condiciones.

Evidentemente no hablamos de una idea nueva, ya Jane Jacobs puso de manifiesto cómo la modernidad había roto con este tipo de procesos auto-generativos (también Latour) y cómo el urbanismo debería retomar su compromiso de aprender de las cosas que ya funcionan bien, de comprender qué las sustenta y cuáles son los patrones que están detrás de ellas, con el objetivo de no reproducir contenidos sino de generar las condiciones para que prosperen.

A esta metodología, que se ha extendido por multitud de disciplinas por su capacidad de contrastar hipótesis de manera rápida se le denomina en el campo de diseño “prototipado”(3) . Para una concepción más amplia y profunda sobre estos procedimientos sería oportuno acercarse, como ya hemos incidido, a las aportaciones de Bruno Latour sobre las lógicas operativas de los laboratorios científicos. Investigaciones que arrojan luz sobre la vocación de estos espacios controlados para congregar y dar voz a actores humanos y no humanos (parlamento de las cosas) y también para establecer nuevas alianzas en torno a los mismos (teoría del actor-red). Nuevos pactos que, una vez testados, puedan ser reproducidos en condiciones semejantes. Es aquí, precisamente, donde reside la relevancia de estas aportaciones.

Sin embargo, sería quizás más oportuno centrarnos en otro tipo de aportaciones análogas, pero de más incidencia sobre nuestro caso, como serían las metodologías asociadas al design thinking o el strategic design desarrollado por instituciones como el Helsinki Design Lab (Hill, 2012). En este caso, se trata de técnicas de prototipado donde se explora la actualización de lo existente a partir de un proceso rápido y cíclico. En este proceso el prototipo no se contempla solo como una meta, sino también como sonda destinada a recoger información del contexto interaccionando con él, aprendiendo de él. Este paso es fundamental porque permite afinar o evolucionar el prototipo, para posteriormente volver a ser ensamblado y, de nuevo, lanzado a la realidad en un ciclo incesante de adaptación. De esta forma, el ensamblaje o composición (Latour, 2010) del producto (o servicio) aparece como el resultado de un proceso de modificación semejante a una selección natural o en este caso cultural. Estamos hablando, por tanto, de la creación de situaciones que, no se construyen sobre la irrupción de nuevas ideas disruptivas sin contrastar, sino de un continuo proceso evolutivo de dialogo con la realidad. Es por ello, que nos interesa seleccionar experiencias ya prototipadas (aunque sean pioneras), puesto que en su haber ya habrán transitado por multitud de ciclos de aprendizaje y adaptación al contexto, que sin duda las hará mucho más complejas y robustas. Es precisamente, de este tipo de terapias, de las que nos gustaría aprender.

Como ejemplo y referencia directa a esta manera de operar podríamos citar el programa URBACT , que fomenta el prototipado interactivo de terapias en diferentes ciudades asociadas, y cuyo objetivo último es testear dichas mejoras, hacerlas evolucionar y si generan resultados positivos, aprender de ellas para adecuar los marcos normativos que propicien su replicación. En este sentido, y tal como advierte INGENTES, el programa URBACT (4) podría ser no solo un ejemplo para este trabajo, sino una meta.

  • (3) También ha tenido gran repercusión sobre otros campos relacionados con la industria o la tecnología, de hecho el método LEAN, es deudor de estos acercamientos.
  • (4) URBACT helps cities to develop pragmatic solutions that are new and sustainable and that integrate economic, social and environmental urban topics. http://urbact.eu


Espacio privado / Espacio público

La última apreciación que queremos realizar a partir del análisis de los programas de rehabilitación integrada desarrollado por INGENTES tiene que ver con la circunstancia de que gran parte de las terapias seleccionadas para transformar la realidad se dirigen hacía la actualización del parque inmobiliario y otro tanto sucede con las investigaciones que se están llevando a cabo desde la universidad. Entendemos que estas tendencias están motivadas por carencias o deficiencias asociadas a la construcción muy fáciles de determinar, entre otras cosas, porque están asociadas a marcos legales o dispositivos tecnológicos vigentes en el momento en que se crearon los diferentes barrios y que hoy han quedado obsoletos.

Sin embargo, y atendiendo al deseo de INGENTES, la preferencia de este estudio se desplazará, en un primer momento, hacia aquellas terapias que tienen una incidencia manifiesta sobre el espacio público. ¿A qué se debe esta decisión?

En principio podríamos entenderlo como un compromiso con la diversidad, es decir con la idea de ocupar otras posiciones menos transitadas y no menos relevantes. Aunque, evidentemente, los acercamientos desde la academia a estos temas tampoco son, precisamente, inexistentes.

Igualmente podríamos achacarlo a condiciones de oportunidad, generadas por la ya citada ley de rehabilitación, regeneración y renovación urbana y que permitirá, por primera vez a una serie de actores no institucionales, intervenir sobre el espacio público. Hecho este, que hará necesario la creación de herramientas que faciliten dicha labor.

Sin embargo, un razonamiento más sincero, y por tanto consistente, reflejaría la influencia ejercida sobre las partes involucradas en este trabajo por pensadores como Lewis Mundford, quién observaba la ciudad como una estructura especialmente equipada para almacenar y transmitir los bienes y el conocimiento de la civilización (Mumford, 1979), la citada Jane Jacobs (Jacobs, 2012), o más recientemente Luis Bettencourt (Bettencourt, 2014), quién contempla a la urbe como un “reactor social” encaminado a poner en contacto, de la manera más eficiente y creativa posible, a sus ciudadanos. Una visión que está directamente vinculada a la certeza del poder de la ciudad para provocar desequilibrios negativos pero también, para producir innovación y medidas correctivas a partir de la interacción creativa entre los actores que la conforman.

En este sentido, el espacio público es el lugar donde gran parte de estos encuentros son posibles, donde se permiten o potencian el encuentro entre diferentes actores y actantes del ensamblaje urbano.

Es por ello que, atendiendo a los deseos compartidos con INGENTES nos gustaría, en una primera tentativa, caracterizar iniciativas o terapias de dicho orden, sin despreciar, por supuesto, la incorporación de otras terapias asociadas al parque inmobiliario en actualizaciones próximas.


Data mining / Data “meaning"

Como hemos aventurado, el objetivo de INGENTES es elaborar un “atlas potencial de terapias” encaminado a facilitar la identificación y evaluación de terapias urbanas adaptadas a las vocaciones de las diferentes barriadas de Andalucía.

Para ello, y dada la ambición de la escala propuesta, recomendamos utilizar una metodología asociada al data mining (5) o al análisis de datos aplicados al diseño (6) . Ahora bien, entendemos que una decisión de este tipo genera una serie de ventajas y desventajas sobre las que nos gustaría incidir.

Para empezar, observaremos algunas ventajas como aquellas que surgen de la actual proliferación de datos urbanos. En este sentido, entendemos que sería necesario que la disciplina aprovechase esta oportunidad para desarrollar herramientas y metodologías capaces de extraer información relevante de dicho fenómeno. Después de todo, la utilización de estas “lentes” posibilitaría la emergencia de conocimientos complementarios a otros aportados por herramientas perceptivas ya adoptadas por la disciplina. De todas formas, conviene mesurar la celebración del uso del data mining para cualquier propósito, o de la magnificación de la utilización de la mayor cantidad de datos disponibles como garantía de éxito de cualquier estudio. En este sentido, debería priorizarse el data “meaning”, es decir, la capacidad de integrar la información disponible de la manera más significativa y relevante posible. Atendiendo a esta premisa, la figura que se propone aquí del investigador, es más similar a la del Kebernetes, palabra de la que deriva cibernética y que en griego antiguo significa timonero. Una figura, por tanto, encaminada a organizar y mezclar la información urbana de manera útil, relevante. Como en las visitas al oráculo, la habilidad para extraer una buena respuesta está en la propia pregunta. Por tanto, sería menester preparar las nuestras. Para conseguir tales fines, comenzaremos por preguntarnos qué fuentes de datos e indicadores previos serían convenientes recolectar para producir un diagnóstico certero pero, sin olvidar contrastar simultáneamente, que fuentes de datos existen a nuestra disposición, cual es su “granulometría” o el grado de actualización de las mismas. La finalidad de este diálogo entre lo deseado y lo posible es vital para lograr contrastar las diferentes hipótesis que lancemos. Atendiendo a estas premisas y a los recursos disponibles, priorizaremos en nuestro caso, la utilización de bases de datos ya existentes suministradas por instituciones públicas, minimizando así la realización de bases de datos propias a lo justamente necesario. Esta estrategia nos permitirá contar con datos fiables, favorecer que las hipótesis puedan ser contrastadas por otros, o permitir la actualización de las mismas cuando las diferentes instituciones refresquen los datos.

Por otra parte, sería oportuno reflexionar sobre las diferentes consecuencias que se derivan de esta decisión. La primera es la renuncia a elaborar, en esta parte del trabajo, un documento de indicadores propios. Como hemos intentado explicar buscaremos construir las hipótesis necesarias a partir de las fuentes de datos existentes. Evidentemente, la capacidad de la investigación para producir certidumbres se verá limitada, aunque trataremos este hecho con más detenimiento en el próximo capítulo, donde intentaremos encuadrar a qué podemos aspirar.

La segunda consecuencia influye sobre la elección de la escala de trabajo que, como ya nos encargamos de advertir, se concentra en la escala de barrio o barriada (unidades sumamente ambiguas cuyos criterios de formación varían de unas ciudades a otras). Partiendo de ello y de las reflexiones elaboradas junto a INGENTES, planteamos concentrar la escala de investigación, al menos como base de partida, en otras unidades, las secciones censales. La justificación a dicha decisión se halla en el hecho de que son una fragmentación del término municipal sobre las que se basan multitud de bases de datos existentes, como por ejemplos la del Instituto Nacional de Estadística. Por otra parte, se trata de unidades definidas mediante límites fácilmente identificables, tales como accidentes naturales del terreno, construcciones de carácter permanente o viales, que hacen referencia, de manera regular a una densidad poblacional entre 1.000 y 3.500 hab. Por último, el hecho de que cada barrio este formado por diversas secciones censales otorga la libertad, si fuera oportuno, de compilar los datos a escala de barrio, de distrito o código postal.

Una vez realizadas estas reflexiones cabría preguntarse: ¿Qué tipo de información pretendemos crear o recolectar para seguir avanzando?

  • (5) La minería de datos o exploración de datos ("Knowledge Discovery in Databases" o KDD) es un campo de las ciencias de la computación referido al proceso que intenta descubrir patrones en grandes volúmenes de conjuntos de datos. Utiliza los métodos de la inteligencia artificial, aprendizaje automático, estadística y sistemas de bases de datos. El objetivo general del proceso de minería de datos consiste en extraer información de un conjunto de datos y transformarla en una estructura comprensible para su uso posterior. Además de la etapa de análisis en bruto, que involucra aspectos de bases de datos y de gestión de datos, de procesamiento de datos, del modelo y de las consideraciones de inferencia, de métricas de Intereses, de consideraciones de la Teoría de la complejidad computacional, de post-procesamiento de las estructuras descubiertas, de la visualización y de la actualización en línea. Fuente: Wikipedia.
  • (6) “In The Sciences of the Artificial, Herbert Simon calls for a rigorous design science, a body of intellectually tough, analytic, partly formalizable, partly empirical, teachable doctrine about the design process. Such a design science would serve two functions: fires to evaluate the performance of a given design, and second, to guide the identification of alternative scenarios. The role of design is the reconciliation between the “inner” world of physical objects and a “outer” world of its goals and functions. The natural sciences are concerned with how things are… Design, on the other hand, is concerned with how things ought to be.” (Offenhuber & Rattti, 2014)


efectos / afectos

En este apartado nos concentraremos en definir que tipo de información se requerirá para producir este atlas. Para ello, aludiremos primordialmente a dos grupos. El primero hace referencia a los datos necesarios para caracterizar cada una de las diferentes mejoras seleccionadas. Para ello, se elaborará una base de datos sobre dichas terapias, documentando los casos existentes a nivel regional (como criterio operativo concentraremos en un primer momento la escala de estudio en las 8 capitales de provincia o aquellas ciudades mayores de 100.000 habitantes). En este sentido, hemos reflexionado anteriormente sobre el carácter pionero de muchas de estas experiencias con lo cual, difícilmente tendremos capacidad de encontrar datos actualizados sobre ellas, por tanto esta información será creada por el propio equipo de INGENTES. El contenido a registrar se concentrará en el análisis de las características físicas y legales de dichas intervenciones, pero también sobre sus características sociales, ambientales y económicas.

El segundo grupo de información a tratar serán datos procedentes de repositorios públicos que hagan referencia al entorno donde las mejoras seleccionadas se localizan. La finalidad de tal estrategia se centra en la representación del estado de dichas terapias, pero también, de los efectos y afectos que provocan en el entorno donde se insertan.

Antes de seguir, nos gustaría reflexionar sobre la etimología de affectus-us, palabra de la que viene afecto, y que significaba en latín disposición del alma. Derivado del supino affectum y a su vez del verbo afficere (afectar, producir, poner en un determinado estado físico o psíquico) es, por tanto, un prefijado de facere con prefijo ad- (asociación a, junto a, aproximación) que, en este caso, expresa la asociación de una determinada acción a una persona que, valga la redundancia, se ve afecta por ella. En este sentido, y siguiendo a Spinoza (Deleuze, 2001), cualquier mejora con capacidad o potencia de ejercer un efecto o influencia sobre algo, no puede abstraerse de las relaciones que mantiene con ese algo o con su entorno. Por tanto, una terapia no puede observarse únicamente como un efecto destinado a cambiar la tendencia de un entorno, sino también como una potencia que necesita de los afectos de dicho entorno para poder prosperar.

A modo de ejemplo podríamos recoger un caso paradigmático y ampliamente difundido, nos referimos al llamado efecto Guggenheim. Un caso claro donde se observa que algo, por si mismo, no puede generar determinados efectos, sino que también necesita de los afectos, de las condiciones del entorno que permitan dicha expresión. En este sentido, entendemos que para la selección adecuada de terapias no basta con identificar qué efectos positivos éstas pueden generar, sino también identificar cuáles son los umbrales o condiciones de contorno que requieren dichas terapias para poder expresar sus potencialidades.

Esta posición, nos recuerda a la vez a conceptos como el “creative fitting” de Ian Mchargh (Mcharg, Margulis, Corner, & Hawthorne, 2007), quien hacía referencia a la necesidad de encontrar vínculos entre los deseos de la población y las vocaciones de los ecosistemas o también a conceptos como el “possible adjacent”, recogido recientemente por Steven Johnson en su libro Where ideas come from? (Johnson, 2010) en el cual estudia aquellos ecosistemas donde las ideas prosperan, valiéndose de este concepto creado por Kauffman, y que hace referencia a la capacidad de un contexto para transformarse poco a poco, es decir, de admitir solo cierta capacidad de innovación antes de cambiar su estructura irreversiblemente. Un concepto, por tanto, que nos advierte sobre la lógica de localización de ciertas innovaciones que suceden solo en ciertos entornos con la necesaria madurez y complejidad para soportarlos y, por tanto, no en cualquier lugar o tiempo arbitrario.

Siguiendo dicho razonamiento, la hipótesis que proponemos en este trabajo no solo se centrará en la caracterización de las mejoras seleccionadas en Andalucía y de los entornos donde estas se producen, sino que, a partir de aquí, intentaremos identificar qué otros entornos tienen condiciones análogas de madurez o complejidad para reproducir con éxito terapias similares.


Sistemas aislados / Sistemas complejos

Continuando la reflexión abierta en el apartado anterior, donde hemos abordado la necesidad de recolectar datos referentes a las mejoras aplicadas pero también del entorno donde se desenvuelven, cabría preguntarse si no podríamos extender aún más los vínculos y las relaciones entre escalas, presuponiendo una relación no ya entre mejora y barrio, sino entre éstas y la ciudad.

En este sentido, podríamos argumentar que pensar los barrios como entidades aisladas sin relación con el resto de la ciudad puede ser útil para cierto tipo de análisis y actuaciones. Por ejemplo, si la reflexión se concentrase sobre la rehabilitación del parque inmobiliario poco sentido tendría detenerse a analizar la relación entre barrios colindantes, puesto que lo más importante sería catalogar cualidades relacionadas con el origen de su creación, sus deficiencias tecnológicas o constructivas, o la adaptación del mismo a las nuevas normativas. Sin embargo otra cuestión es mantener dicha hipótesis en un estudio como el que aquí intentamos exponer especialmente interesado por las mejoras sobre el espacio público.

En este caso, proponemos junto a INGENTES que este estudio no solo observe los barrios como un sistema aislado, sino como un sistema complejo, es decir, que reconozcamos que hay cualidades de estos que no tienen el origen en si mismos, sino que emergen de la relación con otros barrios. O dicho de otra manera, puede darse el caso de que en un entorno sean más oportunas ciertas mejoras que otras, por el simple hecho de que en barrios adyacentes no haya oportunidad para desarrollarlas. En este sentido, su potencialidad emergerá de su diferencia. De esta forma, no nos interesará tanto las tipologías de barriadas, como las relaciones de complementariedad e inter-dependencia que puedan establecerse entre ellas.

Al albor de esta hipótesis, quizás resulte más claro justificar ahora la decisión de describir las cualidades de los barrios a partir de bases de datos existentes comunes para toda la región y es que, para conseguir identificar ciertas tendencias en los entornos donde se localizan las terapias, tendremos que hacerlo comparando con las tendencias de los otros barrios donde estas no existen.


Obsolescencia / Potencialidad

Para concluir esta serie de observaciones elaboradas a partir del trabajo con INGENTES, terminaremos defendiendo la visión de la ciudad como un sistema complejo cuya estabilidad no ha de recaer exclusivamente en la uniformidad de sus elementos (en este caso barrios), sino en el equilibrio dinámico de las diferencias entre los mismos (7).

Consecuentemente, entendemos que cualquier terapia encaminada a mejorar las tendencias negativas en los barrios no debería provenir exclusivamente del diagnóstico de sus deficiencias, sino también del análisis de sus potencialidades. Potencialidades que, en muchos casos, no podrán observarse si se estudian los barrios de manera aislada. Siendo necesario, por tanto, contemplarlos en conjunto, con el objetivo de hacer emerger las diferencias y singularidades que poseen cada uno en relación con el resto del sistema.

En este sentido, defendemos la tendencia de los barrios para ser “ricamente” diversos, sosteniendo incluso, la necesidad de fomentar dichas diferencias para generar inter-dependencias y asociaciones entre ellos. Desde esta perspectiva, cualquier terapia de revitalización de un barrio debiera pasar por su capacidad de servir no solo a los vecinos que forman parte de él, sino de aquellos que se sitúan en su entorno (Mendoza, 2010).

En este sentido, convenimos junto a INGENTES, que una herramienta como el atlas que proponemos debiera servir no solo para identificar qué mejoras o terapias son potencialmente más adecuadas sino también para evaluar el interés estratégico de las mismas en función del entorno más amplio donde se ubican. Desde esta perspectiva, revitalizar un barrio es incidir sobre aquello que lo hace único, especial.

  • (7) En este sentido, hemos observado como políticas territoriales como las que se derivan del POTA, que promueven un excesivo equilibrio en los lugares conlleva cierta uniformidad incapaz de crear sinergias. En este sentido quizás no es necesario que en todos los lugares exista un puerto, o universidades, o teatros; sino que estas se sitúen en los lugares con mayores vocaciones para desarrollar tales actividades de manera prospera, sin menoscabo, claro está de ciertas de asegurar ciertas políticas de re-equilibrio.